jueves, 16 de marzo de 2017

Darme a luz

Quiero llorar en azul, llorar tinta, llorar en palabras. Quiero llorar lágrimas de agua. Quiero encontrarme con mi fuente y nadar, y llorar, y ver mi fuente, ver mi agua. Quiero llorar mi fuerza y mi desazón, todo ese azul, esa tinta, esa materia sin modelar en sonidos o palabras. Quiero llorar, quiero darme a luz llorando toda mi agua, darme a luz, azul, y nacer de la fuente de mis lágrimas. Quiero darme a luz, en esta tinta, en estas lágrimas. Dar  a luz mi fuerza, mi desazón, nacer, nadar en esa agua azul hecha de tinta, de fuerza sin modelar, de lágrimas. Pujar, pujar, darme a luz. 

martes, 6 de diciembre de 2016

Esos momentos

Hay unos momentos, Mario, donde en vez de mirar, veo. Veo, Mario.  Son momentos de espacio, de quietud, momentos vacíos, o llenos de infinito donde me siento parte, donde siento que pertenezco, donde no hay muchos sino uno todito y grande. Me siento grande, Mario. 

No son nuevos estos momentos. Yo creo que mi agua siempre ha sido como una pasadizo, un umbral en mi cuerpo por donde pasar del hacer al ser, del muchos al uno, del mirar al ver. Pero antes se me llenaban rapidito de algo pesado, de algo que faltaba, como a mitad de digerir pero en el pecho y en la garganta. Estaba a mitad de digerir porque es que estaban todos esos niños atrás de la puerta que goteaba. Te acordarás supongo, Mario, de la puerta que goteaba. Y entonces la quietud, el vacío y el silencio se me teñían de ausencia. Sigue habiendo muchos niños, pero ahora cuando golpean, los dejo entrar, y entonces me pueden acompañar en esos momentos de espacio donde me hago más grande, donde nos hacemos uno, con el todo y con los niños. Es como ser a la vez en el cielo y en tierra y tener alas y raíces bien enraizadas en los pies. Y entonces, hay claridad y silencio. 

Carta al todo todo y grande

Acá me tenés una vez más en la encrucijada, en la desembocadura, toda revuelta como en ensalada, patas para arriba, y buscándome. No es que a este lugar no lo conozca, ya estuve aquí, pero nunca antes me tiraste en una corriente de las que cambian tan fuerte. Me refleja impermanencia e incertitud por todos lados, y acá estoy, como aprendiendo de nuevo a nadar  como se pueda. Fuiste tú o fui yo que me tiré a mi misma a la corriente? Es que tengo que admitirlo, es verdad que tengo ganas de nadar, pero me tenés todavía un poco desconcertada, mirando esas aguas de las que cambian, mirando las preguntas, las dudas, los miedos, las proyecciones, las esperanzas, el amor, las conexiones nuevas.  No me estás ofreciendo puentes, me estás obligando a nadar. Y esta corriente que cambia es sin duda reflejo de algo fluyendo nuevamente adentro. ¿Cómo es que todo esto me  genera a la vez curiosidad, confianza pura y terrible miedo? Ayúdame, todo todo y grande, a enamorarme de lo desconocido, a entregarme a lo impermanente  y a confiar en ti.  

miércoles, 26 de octubre de 2016

Tanto las lágrimas como la risa

A mí las lágrimas se me salen tan fácilmente como la risa, Mario, porque vivo del corazón. Y lloro y río ahora al darme cuenta una vez más del coraje que tengo de vivir en intimidad conmigo misma, de vivir abierta a lo que está vivo adentro, el coraje de vivir desde ese lugar auténtico, de encontrarme una y otra vez con la vulnerabilidad de estar viva,  de dejarme vivir con todo lo que soy. De hacer espacio para que puedan vivir en mí tanto las lágrimas como la risa. Esta es mi fuerza, Mario, esta es mi fuerza.

martes, 4 de octubre de 2016

Estas dos palabras...

Aún en medio de la tormenta,
aún en medio del torbellino
y la lejanía, Mario,
estas dos palabras para él…

Hoy sentía la felicidad, la maravilla simple de poder decirte que te amo. Qué maravilla sentir esas dos palabras en mi boca, en mi lengua, en mis labios, y sentir la felicidad de escuchar cómo salen afuera. Qué maravilla darme cuenta que en el fondo las dice mi cuerpo entero. Qué maravilla sentir que esas dos palabras vienen desde el fondo de mi corazón, que vienen desde el fondo de mí, que las dice mi alma. Te amo, y mi cuerpo no hace más que vibrar con los sonidos porque los reconoce auténticos y siento espacio. Qué maravilla sentir lo que sucede en mi cuerpo, lo que sucede en mi alama cuando me abro a sentir lo que provocas en mí. Qué maravilla poder decirte que te amo.

miércoles, 31 de agosto de 2016

Ayer en tus brazos

Ayer en tus brazos,
no en los de Mario,
en los tuyos,
Galaad…
Gracias.

Ayer en tus brazos me di cuenta que estaba en un lugar antiguo y nuevo, en un lugar antiguo y nuevo adentro de mi corazón. Lo recordaba como un glaciar y me sorprendí ayer al llegar, me sorprendí al reconocerlo. Era un espacio de tierra fértil, y el agua antes congelada fluía ahora nutriendo la tierra. Era un espacio de tierra transformada. Me sorprendí al reconocerlo, al reconocerme transformada. Y entonces no podía más que llorar en tus brazos y nutrir también con mis lágrimas de agua, con mi pecho abierto, ese espacio antiguo y nuevo en mi corazón. Me sentía nueva y verde, transformada como la tierra, húmeda y abierta. Ayer en tus brazos, me sentí conectada a esa tierra adentro, abierta, nueva y llena de amor. 

viernes, 12 de agosto de 2016

Para el alma /For the soul

Mario, no quiero que este espacio sea de palabras, de poesía. Quiero que este espacio sea un espacio de alma, y de alma a alma. Un espacio de cuerpo a cuerpo en el lenguaje del alma. Quiero que cada sonido esté en esa lengua que tantas veces la cabeza no entiende porque le habla al cuerpo y no sabemos qué pasó exactamente y cómo fue tan rápido que no nos dimos cuenta pero se estremeció el cuerpo, el cuerpo tembló y las células vibraron, respondiendo a los sonidos de esa otra lengua de alma y se nos llenaron los ojos de lágrimas. Se nos llenaron los ojos de lágrimas, Mario. Es esa lengua que nos hace fluir agua del cuerpo, nos hace fluir adentro y sentimos la corriente, nos hace fluir agua de los ojos y fluir, fluir lágrimas.  Es una lengua que nos trae a casa en ese instante en que fuimos uno en cada célula, en esas lágrimas, en el fluir, ese instante en que fuimos cuerpo y alama.

***


Mario, I don´t want this space to be a space of words, of poetry. I want this space to be a space of soul, and from soul to soul. A space from body to body in the language of the soul.  I want each sound to be in that language that many times the head doesn´t understand because it speaks to the body and we don´t get how it happened exactly, how it was so fast that we didn´t even realized but the body shivered, the body trembled and each cell vibrated, answering to the sounds of that language of the soul, and our eyes are filled with tears. Our eyes are filled with tears, Mario. It´s that language that makes water flow from our body, it makes us flow inside and we feel the flow, it makes us flow water from our eyes, and flow, flow tears. It´s that language that bring us home in that instant when we are one in each cell, in the tears, in the flow, that instant when we are body and soul. 
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