lunes, 27 de junio de 2011

Aujourd´hui...

A veces, al escribir, es otro el idioma que nos brinda sonoridades, texturas, colores, más acordes a lo que queremos transmitir….
Aujourd´hui j´avais besoin de cette autre langue qui est un peu endormie maintenant dans mon cerveau. J´avais besoin de ses sons, de ses  verbes, de ses adjectifs, de ses adverbes et de ses noms. Pour jouer, aujourd- hui j´avais besoin de cette langue qui n´est pas la mienne mais qui est une partie de moi, et je la compend. Et je me sers d´elle, puisqu´elle peut être plus douce que la mienne, mais elle est menteuse aussi,  et obscure. Et je doute d´elle des fois. La mienne est plus claire, plus transparente, mais elle est beaucoup de langues à la fois. Et elle est à moi, et aujourd´hui je cherche une autre puisque les sons de ma langue sont vers l´exterieure et je veux l´intérieur aujourd´hui.
Aujourd´hui je cherche des mots comme tendresse et chaleur, des mots comme douceur que dans ma langue sont le mêmes mais sont autres. Je veux me rencontrer à nouveau avec le mot joie et avec le mot caresse, avec le mot câlin et avec le mot amour et laisser qu´ils résonnent une autre fois dans ma bouche, les goûter, qu´ils créent pour moi un réfuge tout chaud où je puisse aller, puis les garder dans quelque endroit profond et caché dans moi.

viernes, 24 de junio de 2011

Apagón

Medio que lo presentí, como dos o tres días antes. Y pensé que hacía mucho tiempo…que quizá nos hiciera falta. Y vino, dos o tres días después. Como un agujero negro en la estructura de cada uno. Habrán sido como mucho tres horas, cuatro quizá. De oscuridad, de apagón. Un pizca de lo que eran las vidas antes y de lo que todavía son algunas, más cerca de lo que pensamos. No  había manera de evadirse, de escapar, de divertirse como lo llaman algunos. Y fuimos cayendo, seres aislados, alienados de nosotros mismos, a medida que sentimos el impulso ese, que viene desde el fondo de los tiempos,  que al caer la noche, nos hace buscar la presencia del otro, nos nuclea alrededor del fuego y de las velas y de la palabra y de la paz del silencio.
Somos torpes en la oscuridad los seres de la electricidad pero, muy de a poquito, nuestros oídos aprenden nuevamente a escuchar como suena el mundo y como suenan los otros. Recuerdan como escuchar todo lo que nos dice el silencio. Nuestros ojos se maravillan frente a la majestuosidad de la noche y frente a esa luz cálida que no los lastima y quedan hipnotizados con sus bailes misteriosos y ondulantes. La luz del fuego y de las velas va despacio, tranquila, le pone un freno al apuro. Todo se vuelve tranquilo. El tiempo se detiene. No pasan las horas, hasta que ya no hay más tiempo y solo somos hombres alrededor de un fuego. Ya no podemos huir del mundo, de la mirada del otro, ni de nosotros mismos. Y entonces, si escuchamos con atención, podemos empezar a oír nuestros propios pensamientos, esos murmullos del alma que nos interrogan sobre la vida, el universo y sobre nosotros mismos.

En invierno

Lo primero que sentís es el olor. A duna. A salitre y a viento. A tierra mojada si es de tardecita. Olor a monte también. Es un aire que te deja lleno de aire. Es un aire rico que cuando no estas acostumbrado te cansa pero después lo necesitas. Y hay algo de libertad en ese aire también. Te dan ganas de respirar mucho y de caminar y de acariciar el pasto, las plantas, los muros del rancho, la piedra, el timbó. Ganas de caminar por el puente y saludar al álamo y al ceibo y al ciprés. Después hay que abrir el rancho y eso siempre da un poco de pereza. Es casi un misterio el rancho todito cerrado. Es como si al principio se resistiera  a exponer su interioridad a la luz y la luz entra por la puerta abierta con cuidado, pisando despacito y hasta no muy adentro porque se choca con la piedra fría y el olor a humedad. Y el racho se va despertando de a poquito. Se despereza y empieza a calentar. Entonces levantamos las esteras que son como sus párpados para sacudirle el sueño y con unos troncos grandes y unas piñas ya todo se encamina. Juntar leña, prender el fuego, es casi un ritual. Hay que ser paciente y tenaz con la leña húmeda. Entonces todo se vuelve tranquilo por que uno se detiene a cada instante a contemplar  y a sentir el maravilloso funcionamiento de la naturaleza. Ver la playa desde lo alto de las dunas  y recibir al viento frío en la cara, de frente al mar y al horizonte. Escuchar las noticias que tiene para darnos. Abajo, el agua salada con sus diferentes humores de mujer complicada, transparente o marrón, tranquila o agitada. Sentir el crujir del pasto bajo los pies y acercarse y ver que es otro universo o la arena gruesa que es una y es muchas. Salir a pasear por el monte que fue virgen y ahora es otro. Tan otro que ya no se reconocen sus senderos, sus misterios. De noche, la luna creciente, menguante o llena, llena, llena, tres o cuatro días naranja e inmensa, como un madre melancólica, o una guía. Y el cielo nocturno que te interroga con infinitas preguntas. Si un día llueve, refugiarse junto al fuego y sentir el agua que corre y a la naturaleza contenta. Cocinar con laurel y romero del jardín. Dormir con el arrullo de las ranas, lo grillitos y las olas que acarician la arena. Meditar los cambios. Los cambios impuestos  y los deseados y soñar despierto. Pensar. Pensar. En el sur del sur que es como la cara oculta de la tierra, bien escondida para brindarle a uno otro refugio.

miércoles, 22 de junio de 2011

Los otro nombres

Este blog tiene un nombre pero en realidad tiene muchos. Un poco al estilo de Clarice en "La hora de la estrella".
Este blog también se llama " un pedacito de cielo" y se llama "solo hay que jugar", se llama "wishfullthinking" y "lágrimas verdes", se llama "un sourire", se llama "madreselva", "tierra mojada", "escribir en papelitos", "appeler la nuit", o "attirée par la lune". Se llama "paf, el otro yo", "un edén olvidado", "mis diarios sin sentido", "sentir al aire respirar", "caminar a tientas" y sobre todo se llama "palabras del sur del sur".

Mario

Alguien se preguntará...quizá...quién es mario. No lo sé…Marosa lo sabe, quizá…. Mario es una ausencia. No es nadie y es alguien que no sé. Mario es un vacio pequeño que se hace grande, a veces. Eso es Mario.
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