domingo, 14 de febrero de 2016

Paradojas / Paradoxes

Nada de poesía hoy, Mario, necesitamos tener una charla importante. Si miro desde afuera de mí, Mario, pareciera que la vida fuera ir tropezando por ahí con paradojas que no se pueden resolver. Vida y muerte, movimiento y quietud, sonido y silencio, cuerpo y mente, afuera y adentro, masculino y femenino, dependencia y libertad, ser e impermanencia, iguales y diferentes, fuerza y vulnerabilidad  etc, etc… Pero si miro desde adentro, adentro me cuenta otra cosa y hasta hablar de paradojas es una tontería. Casi se me escapa decir que es desde lo masculino que se ve el mundo como una paradoja ilógica y contradictoria pero sería un insulto a lo verdaderamente masculino. Sería ir con la corriente de lo que hay alrededor y yo sé que lo que nos hacen creer es femenino y masculino es una parodia ridícula del verdadero potencial de esas fuerzas en nosotros. Y desde un lugar más auténticamente femenino a donde voy a veces, puedo decir que esas fuerzas no distinguen género y que no hay paradojas. Solo hay lo que hay y es un misterio y es hermoso.  A la luz de lo que hay adentro, no se juega a diseccionar la vida, se la ve entera, maravillosa. Estoy en esto últimamente, Mario, jugando con la balanza invisible para equilibrarme (¿o quizá sería mejor decir desequilibrarme?), para permitir todo lo que se quiera manifestar, todo lo que soy. Es poner y sacar de cada lado de la balanza jugando con todas esas cosas, masculino, femenino, sonido, silencio, adentro, afuera, ser e impermanencia, dependencia, libertad, muerte, vida. A veces me parece que la balanza me hace trampa   porque ¿dónde cuernos está el punto medio? Pero yo se que este es el camino para ser yo, con lo que parecen paradojas, con lo incoherente y contradictorio, con el misterio, y con lo hermoso.

Es desde ese lugar sagrado, femenino, y protegida por lo masculino en mi misma, que puedo abrazar a la vez con presencia y libertad. Me perteneces pensamiento, sensación, emoción, y estoy aquí para ti. Escucho atentamente y pienso sobre lo que me estás diciendo y lo que está escondido (o no tanto) atrás de lo que me estás diciendo, y puedes tomarte todo el tiempo que necesites para sanar, para crear espacio. Estoy aquí con toda mi paciencia y si no curas, también está bien. Y es así que te doy verdadero espacio para sanar, para liberarte, porque te cuento que en el fondo somos mucho más y te abrazo desde el entendimiento de que tu presencia es un milagro. Y todo esto con mucha flexibilidad porque como diferentes niños con diferentes personalidades, cada emoción o sensación requiere cosas diferentes. En el fondo la balanza nunca está en el medio, o está en el medio gracias a la habilidad de jugar con los pesos y de pasar de un lado al otro constantemente, de desbalancearme, abrazando con libertad todo lo que pertenece. 


***

No poetry today, Mario, we really need to talk.  If I look from outside myself, Mario, it seems like life is about bumping into paradoxes that you can´t resolve. Life and death, movement and stillness, sound and silence, body and mind, inside and outside, masculine and feminine, attachment and freedom, self and impermanence, strength and vulnerability, the same with others yet different, etc. But if I look from inside, inside tells me another story, and even talking about paradoxes is complete nonsense.  I almost said that it´s from a masculine perspective that we see the world as an illogic and contradictory paradox but that would be an insult to the real masculine. It would be to go along with what´s around and I know that what they make us believe about the masculine and the feminine is a ridiculous parody of the real potential of those forces within us. From a more authentically feminine place that I sometimes visit, I can say that those forces don´t distinguish between genders and that there are no paradoxes. There is only what there is and it´s a mystery and it´s beautiful. In the light of what ´s inside, we don´t have fun dissecting life, we see it, whole and beautiful. I am in this process, Mario, playing with the invisible scale to balance myself (or should I better say unbalance?), to allow everything that wants to manifest, everything that I am. It´s to put on and to take off on each side of the scale, playing with all of this, masculine, feminine, sounds and silence, inside and outside, self and impermanence, attachment and freedom, death and life.  Sometimes I think the scale is cheating because I don´t seem to find the middle.  But I know that this is the way, to become myself with what seems to be paradoxes, with what´s incoherent and contradictory, with the mystery and the beautiful.


It is from this sacred and feminine place, while also being protected by the masculine in myself, that I can hug with both presence and freedom. Thought, sensation, feeling, you belong to me and I am here for you. I listen carefully and think about what you´re saying, about what might be hidden (or not so much) behind what you´re saying. You can take all the time you need to heal, to become space. I am here with all my patience, not healing is also ok. I will be here always.  With this I give you real space to heal, to free yourself, telling you we are much more, hugging you, understanding that your presence is a miracle. And all of this is done flexibly because as different children with different personalities, each emotion, each feeling needs different things. In the end the scale is never in the middle, or the middle is the ability to constantly jump from one side to the other, to be unbalanced, hugging with freedom everything that belongs. 

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