Nada de poesía hoy, Mario, necesitamos tener una charla importante. Si miro
desde afuera de mí, Mario, pareciera que la vida fuera ir tropezando por ahí
con paradojas que no se pueden resolver. Vida y muerte, movimiento y quietud,
sonido y silencio, cuerpo y mente, afuera y adentro, masculino y femenino,
dependencia y libertad, ser e impermanencia, iguales y diferentes, fuerza y vulnerabilidad etc, etc… Pero si miro desde adentro, adentro
me cuenta otra cosa y hasta hablar de paradojas es una tontería. Casi se me
escapa decir que es desde lo masculino que se ve el mundo como una paradoja
ilógica y contradictoria pero sería un insulto a lo verdaderamente masculino.
Sería ir con la corriente de lo que hay alrededor y yo sé que lo que nos hacen
creer es femenino y masculino es una parodia ridícula del verdadero potencial
de esas fuerzas en nosotros. Y desde un lugar más auténticamente femenino a
donde voy a veces, puedo decir que esas fuerzas no distinguen género y que no hay
paradojas. Solo hay lo que hay y es un misterio y es hermoso. A la luz de lo que hay adentro, no se juega a
diseccionar la vida, se la ve entera, maravillosa. Estoy en esto últimamente, Mario,
jugando con la balanza invisible para equilibrarme (¿o quizá sería mejor decir
desequilibrarme?), para permitir todo lo que se quiera manifestar, todo lo que
soy. Es poner y sacar de cada lado de la balanza jugando con todas esas cosas,
masculino, femenino, sonido, silencio, adentro, afuera, ser e impermanencia,
dependencia, libertad, muerte, vida. A veces me parece que la balanza me hace
trampa porque ¿dónde cuernos está el
punto medio? Pero yo se que este es el camino para ser yo, con lo que parecen paradojas,
con lo incoherente y contradictorio, con el misterio, y con lo hermoso.
Es desde ese lugar sagrado, femenino, y protegida por lo masculino en mi
misma, que puedo abrazar a la vez con presencia y libertad. Me perteneces
pensamiento, sensación, emoción, y estoy aquí para ti. Escucho atentamente y
pienso sobre lo que me estás diciendo y lo que está escondido (o no tanto) atrás
de lo que me estás diciendo, y puedes tomarte todo el tiempo que necesites para
sanar, para crear espacio. Estoy aquí con toda mi paciencia y si no curas,
también está bien. Y es así que te doy verdadero espacio para sanar, para
liberarte, porque te cuento que en el fondo somos mucho más y te abrazo desde
el entendimiento de que tu presencia es un milagro. Y todo esto con mucha
flexibilidad porque como diferentes niños con diferentes personalidades, cada
emoción o sensación requiere cosas diferentes. En el fondo la balanza nunca
está en el medio, o está en el medio gracias a la habilidad de jugar con los
pesos y de pasar de un lado al otro constantemente, de desbalancearme, abrazando
con libertad todo lo que pertenece.
***
No poetry today, Mario, we really need to talk. If I look from outside myself, Mario, it seems
like life is about bumping into paradoxes that you can´t resolve. Life and death,
movement and stillness, sound and silence, body and mind, inside and outside,
masculine and feminine, attachment and freedom, self and impermanence, strength
and vulnerability, the same with others yet different, etc. But if I look from
inside, inside tells me another story, and even talking about paradoxes is complete
nonsense. I almost said that it´s from a
masculine perspective that we see the world as an illogic and contradictory
paradox but that would be an insult to the real masculine. It would be to go
along with what´s around and I know that what they make us believe about the masculine
and the feminine is a ridiculous parody of the real potential of those forces within
us. From a more authentically feminine place that I sometimes visit, I can say
that those forces don´t distinguish between genders and that there are no
paradoxes. There is only what there is and it´s a mystery and it´s beautiful.
In the light of what ´s inside, we don´t have fun dissecting life, we see it,
whole and beautiful. I am in this process, Mario, playing with the invisible
scale to balance myself (or should I better say unbalance?), to allow everything
that wants to manifest, everything that I am. It´s to put on and to take off on
each side of the scale, playing with all of this, masculine, feminine, sounds
and silence, inside and outside, self and impermanence, attachment and freedom,
death and life. Sometimes I think the
scale is cheating because I don´t seem to find the middle. But I know that this is the way, to become
myself with what seems to be paradoxes, with what´s incoherent and
contradictory, with the mystery and the beautiful.
It is from this sacred and feminine place, while also being protected by
the masculine in myself, that I can hug with both presence and freedom. Thought,
sensation, feeling, you belong to me and I am here for you. I listen carefully
and think about what you´re saying, about what might be hidden (or not so much)
behind what you´re saying. You can take all the time you need to heal, to
become space. I am here with all my patience, not healing is also ok. I will be
here always. With this I give you real space
to heal, to free yourself, telling you we are much more, hugging you, understanding
that your presence is a miracle. And all of this is done flexibly because as different
children with different personalities, each emotion, each feeling needs different
things. In the end the scale is never in the middle, or the middle is the
ability to constantly jump from one side to the other, to be unbalanced, hugging
with freedom everything that belongs.
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