Es casi otro tipo de meditación, pero esta vez con los ojos
bien abiertos y las manos en la tierra. Voy y vengo, hay muchas macetas, hay
tierra por todos lados. Tierra, agua, mis manos todas negras y muchas plantas.
Ver crecer, regar, cuidar. Qué textura linda tiene la tierra. Tierra seca y
barro aguachento. Qué lindo el barro que da vida. Plantar y ver crecer, dar
vida y dar vida al aire que necesito para mi propia vida. Se siente tan natural
como respirar. Plantar, trasplantar, regar, cuidar y ver cómo junto con ellas,
a mí también me crecen raíces. Me es tan natural tener las manos en la tierra.
De la misma botella, un traguito para mi, un chorrito para ti. Qué rica el
agua, qué placer compartirla. Siento la vida en el agua y las plantas me dicen
cuando tienen sed. Algunas me dan aire, algunas me dan sabor en mis comidas,
algunas me dan comida o me curan. Yo les hablo y les cuento cosas, les agradezco
cada vez. Es fácil, un día por mí, un día por ti. Algún día yo también las
alimentaré a ellas.
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