A ti que te he dedicado tantas
palabras, tantas, tantas casi más que a Mario. A ti que me costó tanto
desterrarte, qué te tragaste mis palabras mías, que las acaparaste, que me las
robaste tanto tiempo. Tú. Una conversación trivial, muchos kilómetros, muchos
miles para variar, pienso que estás ahí, estás.
Tú, tú, del otro lado de esa escritura, de ese otro
lado lejos. Son originalmente tuyas esas
palabras vivas, son la prueba de tu existencia, me acuerdo de tu sonrisa de
costado. Estás escribiendo, te
imagino escribiendo eso que aparece ante mis ojos. Y ya lo siento, ya está ahí.
Qué fácil. Solo hace falta una existencia.
Y finalmente, después de todo, de chocarme
contra la pared, de no quererlas, finalmente, mis palabras mías, hablan de ti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario