Todo es por tus sonrisas. No dejo de sorprenderme cuando te
veo sonreír. En tus sonrisas te veo. Te veo a ti. Casi sin conocerte, te veo
entero. Hoy, fue como una caricia suave, cálida, tan tierna, tan íntima,
verdadera, como si fuera un regalo solo para mí. Enseguida tus ojos se van, se
escabullen, se filtran para esconderte y protegerte de no sé qué que te asusta.
Pero yo ya te vi, te descubrí, la vi a tu sonrisa y en ella te vi entero. Y me
quedo con algo cálido, con una especie de confianza. Me quedo con unas ganas de
abrazarte, tocarte, sentirte cerca. Y todo es por tus sonrisas.
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