domingo, 6 de abril de 2014

Tierra, Tierra

Tierra, Tierra,
me detengo, te siento adentro,
te siento en las manos,
en los pies y en la lengua, Tierra. 
Yo quería crecer con raíces,
y tú querías salir de mí,
querías echar raíces y brotar, Tierra.

Tu palabra me invoca,
me convoca a que asista, a que escriba Tierra,
tierra negra, las manos en la Tierra.
Fue como un impulso,
una necesidad de descarga
que me hace ahora escribirte
y tener las manos en la tierra.
.

Caí hacia adelante,
caí de rodillas,
 me sostuviste,
 mis manos se apoyaron
y se agarraron fuerte. 
Abrazarte y encontrarte
fue como encontrarme,
y encontrarme echando raíces,
de cada punto de contacto
con la tierra.

 La Tierra es una cuna
y yo estoy hecha de tierra.

Miro a mi alrededor
y todo tiene raíces
y crece junto conmigo
en la cuna de la Tierra.
Las plantas, las hormigas,
los pájaros del cielo, y yo.
Estoy presente y me recuesto
en el instante mágico
en que siento que mis raíces
se mezclan con todas las raíces
que crecen en la cuna de la Tierra. 

Soy raíces y brotes,
soy igual a las plantas, a las hormigas
y a los pájaros del cielo.
Miro entonces el infinito del cielo
 y me siento abrazada por la Tierra.
Tierra.

Me miro las manos y son de Tierra,

y mi corazón, de Tierra.”

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