Tierra, Tierra,
me detengo, te siento
adentro,
te siento en las
manos,
en los pies y en la
lengua, Tierra.
Yo quería crecer con
raíces,
y tú querías salir de
mí,
querías echar raíces y
brotar, Tierra.
Tu palabra me invoca,
me convoca a que
asista, a que escriba Tierra,
tierra negra, las
manos en la Tierra.
Fue como un impulso,
una necesidad de
descarga
que me hace ahora
escribirte
y tener las manos en
la tierra.
.
Caí hacia adelante,
caí de rodillas,
me sostuviste,
mis manos se
apoyaron
y se agarraron
fuerte.
Abrazarte y
encontrarte
fue como encontrarme,
y encontrarme echando
raíces,
de cada punto de
contacto
con la tierra.
La Tierra es una
cuna
y yo estoy hecha de
tierra.
Miro a mi alrededor
y todo tiene raíces
y crece junto conmigo
en la cuna de la
Tierra.
Las plantas, las
hormigas,
los pájaros del cielo,
y yo.
Estoy presente y me
recuesto
en el instante mágico
en que siento que mis
raíces
se mezclan con todas
las raíces
que crecen en la cuna
de la Tierra.
Soy raíces y brotes,
soy igual a las
plantas, a las hormigas
y a los pájaros del
cielo.
Miro entonces el
infinito del cielo
y me siento
abrazada por la Tierra.
Tierra.
Me miro las manos y
son de Tierra,
y mi corazón, de
Tierra.”
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