Te invito a dejar tu marca si quieres, lector,
en algún comentario,
para que
yo misma pueda ver,
otras caras de Mario.
A veces me gustaría saber qué estás
pensando, no tú Mario, que eres a mitad imaginado, un hombre sin rostro o con
muchos rostros. Te escribo a ti, lector. Me pregunto qué estarás pensando. A ti
te abro las puertas más escondidas para adentro. Cambiando de tema, como en
círculos, como en ciclos, me vuelven a preguntar quién es Mario, y como en ciclos,
respondo cosas que son siempre la misma y siempre diferentes. Quizá sería mejor
si hablara de los orígenes, aunque de nuevo y de nuevo, los orígenes son
muchos. Alguna vez escribí sobre un vacío. Ya ni me acuerdo si alguna vez
escribí sobre Marosa. Ella le escribió un libro de poemas a Mario. Hago una
pausa para borrar un poco la poesía y contar llano y liso. Marosa le escribió a
Mario antes que yo y sus poemas eran de Amor. Pero luego en las palabras misma,
Mario no estaba, o quizá sí, pero ausente. Así es mi Mario también y por eso lo
inventé. O me lo traje prestado, quizá, del libro de Marosa. Mario me hace
acordar a ti también, lector, que estás pero ausente, en ese ambivalente modo
de ser que no se sabe de qué lado está, si del ser o de la ausencia. Así como
Mario es a veces un vacío, podría también decir que Mario es porque hay algo
lleno hasta el borde, como me siento a veces cuando me siento vacía. Es que parece que estoy hecha de
contradicciones, que se unen a veces, en las palabras. Mario las junta y las
transforma en palabras, en símbolos. Es interminable, ¿lo ves, lector? Eso es otra
cosa que es Mario. Bueno, me voy por las ramas. ¿Quién es Mario? Mario es el de
Marosa, es el mío, medio robado, es el vacío y el lleno hasta al borde, una
mezcla de contradicciones, también sos tú lector, y también todo lo que estás
pensando o pensarás, haciendo eco, reflejando mis palabras.
***
I invite you to leave an
impression, reader,
maybe in a comment,
so I can also see,
other faces of Mario.
Sometimes I would like
to know what you´re thinking, not you Mario, who are half imagined, a man
without a face, or with many faces. I talk about you, reader. I wonder what you
might be thinking. I open to you the doors that are hidden, very deep inside.
Changing the subject, like in cycles, like in circles, someone comes again and
again and asks who Mario is; and like in circles I answer, always the same and
always something different. It might be better to talk about the origins but
again and again, there are many origins. I once wrote about emptiness. I don´t
remember if I once wrote about Marosa. She wrote a book of poems for Mario. I
stop to remove a bit the poetry and tell, simply. Marosa wrote to Mario before
me and hers were love poems. But in the words, Mario was not there, or maybe
yes, but absent. My Mario is also like this and that is why I invented him. Or I
borrowed him, maybe, from Marosa´s book. Mario makes me think of you, reader,
because you are there, but absent, in that ambiguous way of being that you
don´t know in which side it is, on the being or on the absence. Just like sometimes
Mario is an emptiness, I could say Mario is also something brimful, like I
feel sometimes, when I feel empty. It looks like I am made of contradictions
that are united, sometimes, in my words. Mario puts them together and he
transforms them into symbols. It´s never ending, do you see reader? That is
something else that is Mario. I go off
on a tangent. So, who is Mario? Mario is Marosa´s, it´s also mine, it´s the
emptiness and the brimful, it´s a mix of contradiction, it is also you, reader,
and everything you´re thinking or will think about, as an eco, as a
reflection of my words.
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