Sentía que nuestros cuerpos se buscaban, Mario, que cuando
había aire en el medio, extrañaban el calor, el contacto, y se habría un vacío. Que los ojos se huían pero los cuerpos se buscaban, ciegos. Qué decirte
Mario, sobre su contacto sin palabras… que es como un caricia, cálida, que
disfruto cada milímetro de contacto, de ese calor que dice sin palabras, que no
las necesita, que me quedaría, mucho rato, ahí, en el calor, en el contacto, que no
me canso y si me tuviera que ir me iría pero volvería y me quedaría, ahí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario