martes, 14 de agosto de 2012

sin los lentes


No tengo mis lentes puestos, Mario, así que no veo lo que escribo. Me los saqué porque me los quería sacar. A veces escribo sin ver. Y está bueno. Hay algo de inseguridad en no ver pero me acostumbré rápido. Se siente bien solo dejar que la mancha de tinta azul se extienda por el papel de izquierda a derecha. Así no más. Aunque capaz hoy me los saqué a propósito a los lentes, quién sabe, por querer un poco de libertad de mis ojos que no ven pero ven mucho. O capaz tenía miedo de ver lo que mis palabras pudieran decir. Capaz me daba miedo la desaparición, el vacío que pudiera haber en las palabras porque parecía que al vacío lo tenían ahí, en la punta de la lengua, pero por suerte se ven bien borrosas y no las veo. Capaz mis ojos que no ven, ven mucho en realidad, ven por todos lados, hasta en los sueños, y hoy querían dejar de ver y abandonarse por un rato a ser ojos que de verdad no ven. O capaz era solo la vista cansada, capaz.

1 comentario:

  1. Que lindo que estás escribiendo. Se te lee algo distinto, no sé decir que es. Como un airesito...
    Ya me gustaría a mi contagiarme la inspiración. ;)

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