Aún en medio de la
tormenta,
aún en medio del
torbellino
y la lejanía, Mario,
estas dos palabras para
él…
Hoy sentía la felicidad, la maravilla simple de poder
decirte que te amo. Qué maravilla sentir esas dos palabras en mi boca, en mi
lengua, en mis labios, y sentir la felicidad de escuchar cómo salen afuera. Qué
maravilla darme cuenta que en el fondo las dice mi cuerpo entero. Qué maravilla
sentir que esas dos palabras vienen desde el fondo de mi corazón, que vienen
desde el fondo de mí, que las dice mi alma. Te amo, y mi cuerpo no hace más que
vibrar con los sonidos porque los reconoce auténticos y siento espacio. Qué
maravilla sentir lo que sucede en mi cuerpo, lo que sucede en mi alama cuando
me abro a sentir lo que provocas en mí. Qué maravilla poder decirte que te amo.
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