Hoy leía Mario, leía esto, me
leía, o miraba para atrás que es todo parecido, y me buscaba y me encontraba en
la escritura disfrutando de ese mirar para atrás justo antes de sumergirme en
el adelante. De lo sin sentido salió todo esto, Mario, todos estos
retazos de vida en palabras que te comparto, salieron de un
gran texto sin sentido donde van a parar todas las palabras que quieren salir,
donde van a parar los jirones y las cosas más redondas y donde después se verá si son
de verdad redondas o si son de verdad jirones. Lo sin sentido es como un cuenco cálido recojedor de palabras caidas.Tengo muchas páginas de sin
sentidos, Mario, y a veces de repente algo crece un poco y sale del cuenco, como yo ahora,
como estos retazo de vida en palabras que te muestro, de esos donde cada
pedacito es para escuchar con los oídos y con el adentro. A veces hay que
probar del otro lado de la palabra o empujarlas un poquito, con cariño,
animándola a salir y resulta, resulta esto, estos fragmentos de algo, este delirio de
retazos que tiene muchas caras, que avanza y que cambia. Yo lo que quería era
volver a ver la esencia, volver al sonido, volver a lo que nos llega de lo que
no tiene sentido…como la música, Mario, que es lo que está adelante.
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