Hay algo tierno y dulce que sucede en mi corazón cuando me
nombras, a veces. Me nombras, me invocas, marce, mi marchu. Hay algo en tu voz
a veces, tan dulce, tan tierno, que tiene el poder de derretir todos mis muros,
que me deja expuesta, hermosamente vulnerable y viva. Hay algo mágico desde el
fondo de ti que me habla en la ternura de tu voz y hay algo en mí que se
acuerda que estoy viva y me recuerda mi naturaleza profunda. Hay algo mágico
cuando me llamas, cuando me invocas mi amor, preciosa, y me doy cuenta que soy
amor, yo también. Y mi corazón está feliz y llora. Es algo en el atrás de tus palabras, que está
lleno de ternura y siento que me relajo, que me suelto, que me refleja el hecho
de que soy, amor. Hay algo mágico que me dice que hay amor en tu voz, y quiero
llorar porque hay amor en tu voz y yo lo siento en mi pecho, en mi garganta,
cuando me invocas, cuando me nombras. Y entonces me doy cuenta que soy amada,
que estoy hermosamente viva y quiero llorar porque estoy feliz. Hay algo que me
refleja mi existencia, mi naturaleza profunda y me permite ser amor. Hay algo
en el atrás de tu voz, en el atrás de esas palabras que me reflejan natural y
profundo. Una palabra, y recuerdo que soy amor,
cuando me invocas, cuando me nombras.
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