Mario, todavía dice que estoy al sur del sur. Hay sures en
el norte y hay sures en el sur. Yo estaba al sur del sur… y la palabra “estaba”,
que por naturaleza mira para atrás, hoy mira triste. Pensé en cambiarlo pero me dije que
no. Aunque no esté en el sur, yo no sé muy bien si el día que me fui, me fui.
Capaz que si, capaz me fui, me vine a este lado, o capaz que sigo en algún lado
por el medio y algún día me iré realmente
o me iré de a ratos para volver de a ráfagas con cualquier cosa que me haga
acordar y sea como volar derechito hasta Montevideo. Yo creo que definitivo
nunca Mario, que la corriente del sur me tira para su costa. Aunque no esté,
aunque en el vivir no esté y me vaya de a ratos, aunque luego algo se vaya,
se distraiga y se vaya, el resto queda, el fondo, un fondito, siempre se queda.
sábado, 29 de septiembre de 2012
la búsqueda
Cuando decidí empezar lo decidí. Decidí desprenderme de
todas esas palabras que conozco de años de topármelas, desprenderme de todas
las palabras complicadas, pomposas, empolvadas y bien vestidas que son solo de
algunos y llevan años sentadas achanchándose en las mismas sillas de terciopelo
sin salir a ningún lado y están gordas y lentas . Me desprendí de los años de
leer tanta palabra gordas, pero fue teniéndolos en cuenta que me desprendí. Me
dije que de eso ya había suficiente y que mi camino iba por otro lado. Por un
lado más vivo con palabras para todos. Y decidí escribir desde el habla, desde
el sonido, desde de las palabras de todos los días. Decidí empezar desprendida
y escuchar lo que las palabras cotidianas tienen para Expresar, hacerles un
lugar y escuchar la fuerza de sus sonidos.
Quise nacer y que las palabras nacieran conmigo también,
nuevas, otras, y desprendidas, aún sabiendo que desprenderse del todo es
imposible y que siempre venimos al mundo con cosas guardadas. Teníamos ganas, veníamos
con hambre de nuevos recuerdos. Empezamos la búsqueda entonces, es decir, la
escucha. La escucha de lo nuevo en lo cotidiano, que sigue y sigue, girando,
dando vuelta y poniendo cabeza abajo las palabras de todos los días y
escuchando los sonidos nuevos.
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